sábado, 18 de enero de 2014

Por fin sábado

Mi adorado Señor,

Hoy es sábado. Sabe lo especiales que son lo sábados para mí, incluso antes de que fuese mi Amo. 

Ese regalo que Usted me hace cada sábado desde hace un tiempo, significa mucho para mí. Es un detalle que me encanta, porque significa que piensa en mí y me desea. Le hago feliz y repercute en mi felicidad, mi Señor.

Además, hoy hubo otro regalo. Uno de libertad para ambos. En común, pero privado. Suyo y mío, pero público. ¿Qué mejor que poder expresar quiénes somos en realidad y lo que deseamos, mi Amo? 

Hoy me ha colmado de felicidad. Y por eso, he aprovechado que estoy sola, para adorarle, mi Dios. 

He fumado doce cigarros de nuevo y he tomado fruta en cada comida, tal y como mi Señor desea.

Cada día que pasa le necesito aún más. Y le pienso follándome y haciéndome suya una y otra vez. No puedo parar de desearle. No quiero parar de desearle, mi Amo. 



Ojalá ese día esté cerca...

Solo suya, 

M

No hay comentarios:

Publicar un comentario