A veces creo que me repito hasta el aburrimiento cuando le digo lo mucho que le deseo, mi Señor
La verdad es que es así y no dejo de pensar en mi Dios follándome. Me sorprendo con los ojos cerrados imaginándole y me estremezco de arriba a abajo.
Le deseo más de lo que he deseado a nadie jamás, mi Amo
Suya siempre,
M

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