Sé que no me tiene permitido mirarle a los ojos, a menos que Usted así lo desee, mi Señor.
Sé que deseo hacerlo con todas mis fuerzas, aunque no deba. Pero también sé que no lo haré, porque respeto a mi Dios.
Aunque desee clavar mis ojos en los suyos y que vea en ellos el deseo infinito que siento por Usted, no lo haré.
No si mi Amo no me lo ordena.
Su esclava,
M

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