La necesidad de que me domine crece según pasan los días. No puedo quitarle de mi cabeza, mi Señor.
Le imagino mientras me ata y me fustiga.
Me imagino a Sus pies mientras Usted está cómodamente sentado o plácidamente durmiendo.
Le imagino dentro de mí y me retuerzo, mi Amo.
Le sueño hasta estar a punto de correrme, mi Señor...
Soy SUYA.
M

No hay comentarios:
Publicar un comentario